Cap. 3x16 - Informaciín reservada
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Cap. 3x16 - Informaciín reservada
Sinopsis
Un convoy de marines viaja por una carretera de Irak. La metralla alcanza a un tanque que tiene un accidente y un soldado sufre la amputación de una pierna. Otro marine lo arrastra lejos del vehículo y le salva la vida. El herido es House, que está soñando y se despierta cuando Cuddy llama a la puerta de su despacho. Entra y le muestra un nuevo caso: se trata de un marine que cree que tiene el síndrome de la guerra del Golfo. House le dice que ese síndrome no existe, pero ella responde que se trata del sobrino de un benefactor del hospital y tienen que hacer todo lo posible por él.
En cuanto House abre el expediente del enfermo se queda atónito. Es el marine que le salvaba la vida en su sueño. Cuando se reúne con su equipo, todos están de acuerdo en que el síndrome de la guerra del Golfo no existe y John Kelley debe tener una depresión. House ordena todo tipo de pruebas y, además, pide a los médicos que averigüen en qué clínicas ha estado y si ha salido en la televisión alguna vez. Se quedan un poco sorprendidos.
El paciente cuenta a los médicos los síntomas que tiene: fatiga, tos, siente las articulaciones como si tuvieran arena y sus piernas unas veces están heladas y otras veces le arden. Chase cree que puede tener un envenenamiento de uranio, aunque de momento no han detectado nada en la sangre. También puede tener apnea del sueño, lo que le causaría la fatiga crónica. Chase y Cameron se tienen que quedar toda la noche controlando al enfermo que está monitorizado mientras duerme. A Cameron se le ocurre aprovechar el tiempo: le propone a Chase que se metan en uno de los cuartos con camas vacías que tienen alrededor. Chase al principio se resiste por si los descubren, pero acaba cediendo.
Mientras tanto, House tiene un problema personal: no consigue vaciar su vejiga, el abuso de vicodina se la ha paralizado. Foreman se pasa por la unidad del sueño y no encuentra a Cameron y Chase, que debían estar controlando al enfermo. Kelley se está quejando y cuando Foreman entra a la sala le dice que hay un olor nauseabundo. El médico se fija en su boca y ve que la tiene cubierta por una pasta blanca: el mal olor le viene de ahí.
House sigue intrigado con su sueño premonitorio con el marine enfermo. Busca en revistas viejas, por si alguna vez había visto su foto. Los médicos le comunican que Kelley tiene una vaginosis bacteriana en la boca. Pero el enfermo asegura que no ha practicado sexo de ningún tipo durante el último año. Durante una prueba, Kelley deja de oír. Wilson le comunica a House que el enfermo tiene cáncer de cerebro: han descubierto al menos seis tumores. Pero cuando están preparados para hacerle una biopsia, ven asombrados que los tumores han desaparecido. Mientras los médicos discuten qué puede haber pasado, el paciente empieza a gritar: ahora ha dejado de sentir las piernas.
Todos hacen cábalas sobre los síntomas de Kelley. House, por su parte, dice que se va a su casa a dormir. Tiene un problema que resolver. Una vez en su cuarto de baño, se inserta una sonda él mismo para vaciar su vejiga y al momento siente un gran alivio. Se va a la cama. Vuelve a tener un extraño sueño en el que va al hospital y encuentra a Cuddy muy enfadada junto al paciente y a él le sangra la nariz. Se despierta aliviado y se va al hospital.
House se acerca al paciente y descubre en las ventanas de su nariz lo que estaba buscando, unas cicatrices cauterizadas. Kelley se cauterizó para evitar las hemorragias nasales, una enfermedad que heredó de su abuelo. Las hemorragias son el resultado de de la confluencia de venas y arterias, lo que significa que la sangre no se oxigena con propiedad. La sangre sucia causa fatiga, infecciones y dolor. Además, le ha provocado tumores que en la médula le han causado la parálisis. Afortunadamente, una intervención podrá limpiar su organismo.
Por fin, House descubre dónde había visto antes al enfermo. Dos años antes, Kelley había sido el acompañante de Cuddy en una recepción en el hospital. Cuddy cree que House está celoso, le dice que cuando ella lo contrató, ningún hospital quería saber nada de él. House opina otra cosa: lo contrató por la noche que habían pasado juntos. Después, House va a buscar algo a un ropero del hospital y se encuentra a Chase y Cameron muy sofocados. Chase, en mangas de camisa, se pregunta cómo ha podido pillarlos in fraganti.
Un convoy de marines viaja por una carretera de Irak. La metralla alcanza a un tanque que tiene un accidente y un soldado sufre la amputación de una pierna. Otro marine lo arrastra lejos del vehículo y le salva la vida. El herido es House, que está soñando y se despierta cuando Cuddy llama a la puerta de su despacho. Entra y le muestra un nuevo caso: se trata de un marine que cree que tiene el síndrome de la guerra del Golfo. House le dice que ese síndrome no existe, pero ella responde que se trata del sobrino de un benefactor del hospital y tienen que hacer todo lo posible por él.
En cuanto House abre el expediente del enfermo se queda atónito. Es el marine que le salvaba la vida en su sueño. Cuando se reúne con su equipo, todos están de acuerdo en que el síndrome de la guerra del Golfo no existe y John Kelley debe tener una depresión. House ordena todo tipo de pruebas y, además, pide a los médicos que averigüen en qué clínicas ha estado y si ha salido en la televisión alguna vez. Se quedan un poco sorprendidos.
El paciente cuenta a los médicos los síntomas que tiene: fatiga, tos, siente las articulaciones como si tuvieran arena y sus piernas unas veces están heladas y otras veces le arden. Chase cree que puede tener un envenenamiento de uranio, aunque de momento no han detectado nada en la sangre. También puede tener apnea del sueño, lo que le causaría la fatiga crónica. Chase y Cameron se tienen que quedar toda la noche controlando al enfermo que está monitorizado mientras duerme. A Cameron se le ocurre aprovechar el tiempo: le propone a Chase que se metan en uno de los cuartos con camas vacías que tienen alrededor. Chase al principio se resiste por si los descubren, pero acaba cediendo.
Mientras tanto, House tiene un problema personal: no consigue vaciar su vejiga, el abuso de vicodina se la ha paralizado. Foreman se pasa por la unidad del sueño y no encuentra a Cameron y Chase, que debían estar controlando al enfermo. Kelley se está quejando y cuando Foreman entra a la sala le dice que hay un olor nauseabundo. El médico se fija en su boca y ve que la tiene cubierta por una pasta blanca: el mal olor le viene de ahí.
House sigue intrigado con su sueño premonitorio con el marine enfermo. Busca en revistas viejas, por si alguna vez había visto su foto. Los médicos le comunican que Kelley tiene una vaginosis bacteriana en la boca. Pero el enfermo asegura que no ha practicado sexo de ningún tipo durante el último año. Durante una prueba, Kelley deja de oír. Wilson le comunica a House que el enfermo tiene cáncer de cerebro: han descubierto al menos seis tumores. Pero cuando están preparados para hacerle una biopsia, ven asombrados que los tumores han desaparecido. Mientras los médicos discuten qué puede haber pasado, el paciente empieza a gritar: ahora ha dejado de sentir las piernas.
Todos hacen cábalas sobre los síntomas de Kelley. House, por su parte, dice que se va a su casa a dormir. Tiene un problema que resolver. Una vez en su cuarto de baño, se inserta una sonda él mismo para vaciar su vejiga y al momento siente un gran alivio. Se va a la cama. Vuelve a tener un extraño sueño en el que va al hospital y encuentra a Cuddy muy enfadada junto al paciente y a él le sangra la nariz. Se despierta aliviado y se va al hospital.
House se acerca al paciente y descubre en las ventanas de su nariz lo que estaba buscando, unas cicatrices cauterizadas. Kelley se cauterizó para evitar las hemorragias nasales, una enfermedad que heredó de su abuelo. Las hemorragias son el resultado de de la confluencia de venas y arterias, lo que significa que la sangre no se oxigena con propiedad. La sangre sucia causa fatiga, infecciones y dolor. Además, le ha provocado tumores que en la médula le han causado la parálisis. Afortunadamente, una intervención podrá limpiar su organismo.
Por fin, House descubre dónde había visto antes al enfermo. Dos años antes, Kelley había sido el acompañante de Cuddy en una recepción en el hospital. Cuddy cree que House está celoso, le dice que cuando ella lo contrató, ningún hospital quería saber nada de él. House opina otra cosa: lo contrató por la noche que habían pasado juntos. Después, House va a buscar algo a un ropero del hospital y se encuentra a Chase y Cameron muy sofocados. Chase, en mangas de camisa, se pregunta cómo ha podido pillarlos in fraganti.
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